viernes, 8 de mayo de 2020

Star Wars: Rebellion


En 1998, un año antes de que George Lucas estrenase "La Amenaza Fantasma", Lucasarts publicaba un juego desarrollado por Coolhand Interactive. Se trataba de Rebellion (cuyo nombre en Reino Unido e Irlanda fue Supremacy), la primera aproximación a los videojuegos de estrategia para PC dentro del universo Star Wars. Tras el título que nos ocupa, se aventurarían en este género con Gungan Frontier (1999), Force Commander (2000), Galactic Battlegrounds (2001), Empire at War (2006), y la expansión de este último Empire at War: Forces of Corruption (2006).

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Recibido con división por la crítica especializada e incluso por el público, se trata de una obra única y no suficientemente reconocida, siendo uno de los juegos más injustamente olvidados dentro del catálogo de ocio electrónico de Lucasarts. Personalmente lo intenté disfrutar en su momento, sin haber alcanzado ni siquiera la mayoría de edad, pero no fue hasta años más tarde cuando me armé realmente de paciencia y le dediqué las horas que esta obra se merece.

Mapa de la galaxia

Rebellion nos pone en la piel del administrador de la Rebelión o del Imperio, con la obligación de tomar todas las decisiones estratégicas para conseguir la victoria final. El objetivo del Imperio será tomar el Centro de Operaciones de la Alianza y capturar a Luke Skywalker y Mon Monthma, por otro lado, la Rebelión deberá tomar Coruscant y capturar a Darth Vader y al Emperador Palpatine. Cronológicamente se sitúa tras de la Batalla de Yavin, en la que la Rebelión destruye la primera Estrella de la Muerte. Es necesaria la creación de minas y refinerías en los planetas con espacio disponible para así tener los suficientes puntos de producción/mantenimiento. Dichos puntos se utilizan para la creación de instalaciones, naves o unidades. Las unidades pueden ser militares, de espionaje, de sabotaje o de reconocimiento. Algunos personajes especiales, además de las anteriores funciones, pueden llevar a cabo misiones diplomáticas, de reclutamiento o de investigación. La diplomacia se reduce a convencer a los planetas de los sistemas existentes para que se unan a tu bando. No hay posibilidad de tregua o paz entre ambos bandos. Es la guerra por el destino de la galaxia.

Visión general del sistema Sesswenna, además de los prisioneros capturados en un planeta rebelde.

Aunque siempre hay un pero, o varios. Es un juego demasiado tosco, sobre todo en la interfaz, que incluso para la época en la que salió resulta muy lenta y engorrosa en la mayor parte de las acciones, máxime cuando es necesario repetirlas muy a menudo. Las batallas espaciales pueden simularse (preferiblemente), pero en el caso de querer tomar parte en ellas o simplemente visionarlas nos daremos cuenta de que el apartado gráfico no es precisamente uno de los fuertes del juego, está bastante descuidado para ser una obra propia del célebre estudio californiano. Es un título muy exigente para el jugador, ya que, además de la lentitud de la interfaz, es necesario dedicarle muchas horas de juego para que la partida realmente alcance el punto en el que la experiencia sea lo suficientemente enriquecedora. Algo bastante común en los títulos de estrategia más hardcore.

Landonis Balthazar Calrissian dando buenas noticias.

Por otro lado, la ambientación es muy buena. La banda sonora utiliza los icónicos temas de John Williams. Visualmente aceptable, la vista estratégica de la galaxia simplemente cumple a modo de tablero, y se acompaña con unas ilustraciones más que decentes de todas y cada una de las unidades a disposición del jugador. Cuenta con una enciclopedia muy extensa con todos los personajes, planetas, naves e instalaciones que es digna de mención. En ella, además de una breve descripción de cada unidad, indica también los stats, que en el caso de las unidades especiales aumentan según avanza la partida. También hay que señalar que está estupendamente traducido y doblado al castellano, y desprende un aroma de cariño hacia la saga del que que no todos los títulos relacionados con la misma pueden presumir.

El legendario almirante Gial Ackbar.

En definitiva, una pequeña obra de arte indispensable para cualquier fan de Star Wars amante de la estrategia hardcore. En 2006, ocho años más tarde, saldría al mercado Empire at War, una evolución softcore de Rebellion con mejoras gráficas y una interfaz mucho más digna, pero que no tiene ni de lejos la profundidad del título de Coolhand Interactive. A cualquier amante de este juego, como el que escribe estas líneas, le encantaría que Lucasarts (reabierta en 2017 tras su cierre en 2013), sacase un nuevo Rebellion actualizado a los tiempos que corren; con la posibilidad elegir bando igual que en el original de 1998, pero pudiendo escoger esta vez el trasfondo de cualquiera de las 3 trilogías que componen la saga Skywalker. Pero en la actualidad, desgraciadamente, parece que los planes del ocio electrónico de la saga galáctica están en una galaxia muy, muy lejana del género de la estrategia.

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